El secuestro

El domingo pasado me encontraba dormido plácidamente cuando me despertó el timbre de la puerta. Lo primero que pensé fue que alguien se había equivocado, pero cuando volvieron a llamar no me quedo más remedio que ponerme las zapatillas y dirigirme hacia la puerta. Cuando abrí vi a dos hombre trajeados y tuve un presentimiento: me iban a dar una mala noticia.

Me dieron un papel a nombre de mi mujer Pilar. Me dijeron que le había tocado un coche, se lo habían traído a la vuelta de donde vivimos, entonces, fui con ellos para que me dieran las llaves y ver el coche de mi mujer. Cuando llegué, era una limusina de color blanco, tenía los cristales de atrás de color negro, era precioso, me quedé sorprendido. Uno de los trajeados me apuntó por detrás con la pistola y me dijo que me metiera en la limusina. Cuando me metieron me taparon los ojos con algo oscuro. Al de un rato me llevaron a un almacén vacío, me quitaron lo que me tapaba los ojos y me ataron a una silla. Salió un chico de un coche negro y se acercó chulamente con otros cuatro hombres que también iban armados, imaginé, que serían los guardas espaldas. Me preguntaron el código de la caja fuerte de la BBVA  de Madrid,  pensaban, que yo era el jefe, pero era el encargado del banco, se habían confundido de persona. Me seguían insistiendo, pegando tortas en la cara y amenazándome de  que si no les decía el código mataban a mis hijos. Yo repetía  asustado de que yo no era esa persona que buscaban. El jefe de la banda le ordenó a uno de sus chicos que vaya al banco y que se diera una vuelta a ver si era verdad. Entonces, vio que faltaba el encargado, era verdad y se lo dijo al jefe. Con migo no sabían que hacer porque para ellos era un estorbo de todos modos. Me arrojaron por un precipicio con la intención de matarme.

 Tuve suerte que había un señor que estaba cazando con los perros, uno me encontró, empezó a aullar  y a continuación fue corriendo porque  pensaba que era un jabalí, cuando me vio, tirado rápidamente llamó a emergencias, vinieron en un cuarto de hora en helicóptero. Cuando me recuperé, fui a declarar a la policía. Y dije que tenían pensado robar el 25 de enero  a las 8 de la mañana. Entonces para ese día fueron muchos policías de calle y muchos policías franco tiradores. El 25 de enero cuando atracaron les pillaron con las manos en la masa.

Para celebrar mi equivocado secuestro y que todo afortunada mente salió bien, celebré una fiesta con mis amigos.